Aplicaciones civiles

Aplicaciones civiles

Los vehículos, como coches, motos, etc., pueden llevar receptores GPS para tareas de navegación. (Foto: Magellan
La aplicación más popular del sistema GPS la encontramos a bordo de nuestro automóvil. No es necesario ya adquirir un vehículo de alta gama para disfrutar de este servicio. Muchos coches disponen de él, o pueden ser preparados para llevarlo. La utilidad del accesorio es clara: un receptor GPS recibe las señales libres y puede así calcular nuestra posición. Utilizando esta información en el marco de un programa informático que gestiona una serie de mapas electrónicos, tendremos de inmediato un guía perfecto. Dicho guía (a menudo en voz alta) nos indicará qué camino debemos seguir para llegar a un determinado destino, o nos proporcionará rutas alternativas en caso de que no queramos pagar el peaje de una autopista o hallemos un embotellamiento.

El sistema GPS permite realizar mediciones geológicas, como el desplazamiento de placas tectónicas. (Foto: U. Texas)

La tecnología de los receptores, gracias a su expansión, ha mejorado mucho, aumentando sus capacidades y disminuyendo su precio. No sólo podremos disponer de ellos en vehículos, también los hay para teléfonos móviles, ordenadores o relojes, por ejemplo. Eso ha posibilitado que las aplicaciones del sistema GPS se hayan multiplicado.

A diferencia de lo que ocurría en el pasado, un receptor moderno no sólo puede captar las señales de un sistema, sino de varios, como ya se ha dicho, y también es capaz de recibir simultáneamente gran cantidad de satélites (hasta 20 ó más). Pueden efectuar correcciones y aumentar la precisión en la determinación de la posición del usuario.

El GPS se emplea ya como unidad de ayuda en casos de rescate y emergencias. (Foto: Tampere U.)Cada vez son más los vehículos que utilizan un receptor GPS. La flota de transporte terrestre, o los taxistas, tienen en él una herramienta fundamental. Los barcos en alta mar, por su parte, pueden conocer mejor su posición en cualquier circunstancia meteorológica. Los aviones han utilizado el GPS durante años, para vigilar sus rutas, pero ahora estamos ante un período de transición que permitirá muy pronto que estos aparatos puedan permitir incluso aterrizar totalmente a ciegas.

El deporte ha abrazado el GPS sin reparos. Un rallye por el desierto africano sería mucho más peligroso si los pilotos no supieran dónde están. El GPS impide que se pierdan. Estamos acostumbrados asimismo a seguir una vuelta ciclista como el Tour de Francia, sabiendo en cada momento la distancia y el tiempo que existe entre los grupos de la carrera. Las motocicletas y coches que acompañan a los corredores llevan un GPS que permite realizar estos cálculos.

Los científicos utilizan el sistema GPS en muy variadas aplicaciones. Por ejemplo, los arqueólogos pueden ahora marcar un yacimiento en el que estén trabajando. Si es necesario, pueden sepultarlo una vez terminada la temporada, para evitar expolios, y regresar al año siguiente al lugar con la mayor de las exactitudes.

Los zoólogos, por su parte, utilizan la técnica para controlar cómo se mueven los animales salvajes. Los geólogos, en cambio, lo emplearán para medir el desplazamiento de zonas de terreno a lo largo de mucho tiempo (incluidas fallas tectónicas).

Además, los cartógrafos pueden levantar mapas mucho mejores ya que cada punto en ellos puede estar definido con gran precisión. Nunca ha sido tan sencillo trazar una carretera o una vía ferroviaria.

Las señales de navegación recorren la atmósfera procedentes del espacio. Estudiando su comportamiento también se puede derivar información sobre ella, la ionosfera e incluso el campo gravitatorio terrestre.

Los arqueólogos utilizan el GPS para marcar la posición de sus yacimientos. (Foto: MUA)Tampoco hay que olvidar el uso del GPS en situaciones de emergencia. Un vehículo equipado puede delatar su posición tras un accidente, y un esquiador que haya caído bajo el impulso de un alud puede ayudar a las fuerzas de rescate en su localización.

El hecho de que el GPS envíe información horaria tiene sus propias aplicaciones. Ahora muchos servicios pueden estar absolutamente sincronizados con el tiempo estándar, algo útil en comunicaciones, por ejemplo.

Las aplicaciones son innumerables y mejorarán con el paso del tiempo. Nos lo dice la experiencia: cuando la precisión en la determinación de la posición era escasa, no era posible usar el GPS para guiar a un automóvil. Una calzada tiene un diámetro determinado, y si la resolución era inferior a la necesaria, era imposible discernir si estábamos en una calle o en la contigua. Por fortuna, esto ha cambiado y un avión puede aterrizar exactamente en su pista, confiado al uso de sus instrumentos.

  1. No trackbacks yet.

Deja un comentario